Un Cornudo que no es seguro de sí mismo tiende a volverse celoso y podría, incluso, motivar una tragedia. Para ser un buen venado, es necesario que estés seguro de ti, pues el corneador siempre te superará en capacidades amatorias. Es indispensable que entiendas que tu pareja no te ve igual a su amante; a él lo prefiere por el sexo, pero tú eres más importante en todo lo demás.

Un Cornudo es también un mal amante. Es precisamente por eso que su pareja encuentra el placer en otras vergas. Sabes que los amantes de tu esposa te superan por mucho en las artes amatorias: son más potentes, duran más tiempo y tienen la capacidad de llevar al clímax a tu mujer, algo que ni en tus sueños más atrevidos puedes lograr. Sólo te queda ser espectador de su placer.

Por paradójico que parezca, si tu pene no mide menos de doce centímetros, no eres un Cornudo completo. El venado ideal siempre es pito chico; de hecho, hay quien sostiene que es el ridículo tamaño de su pene lo que hace Cornudo a un hombre pues, al tener menos hormonas masculinas, es más proclive a aceptar los cuernos. Sea como sea, al ser Cornudo seguramente tienes un grano entre las piernas.

Carecer de dignidad te hace un mejor Cornudo. Tu pareja y su amante siempre gozarán más al ver que aceptas lo que sea, por indigno que resulte. La dignidad es sólo un estorbo para el astado, pues negarse a llevar a cabo alguna acción, por considerarla indigna, resta placer a la pareja y, por ende, también al Cornudo. Te sugerimos despojarte de la dignidad que te quede, serás más feliz.

Aunque la mayoría de los Cornudos lo somos y lo disfrutamos, no necesitas ser maricón para ser el venado ideal, sólo tener flexibilidad en cuanto a tu sexualidad. A la adúltera y al corneador no les interesa si te gusta la verga, pero todos disfrutarán más si estás dispuesto a mamarla y a chaquetearla, así como a lamer huevos y hasta dar las nalgas. Como dicen... flojito y cooperando.

Si no eres diestro para las artes amatorias, ¿por qué entonces deberían permitirte estar presente cuando te ponen los cuernos? Un buen Cornudo sustituye su falta de hombría perfeccionando sus capacidades como criado. Servir los tragos, preparar el jacuzzi, doblar la ropa, encender cigarros y otras tareas serán muy valoradas por ellos mientras te hacen pendejo. 

No importa si es la adúltera o el corneador quienes llevan la batuta, pero nunca será el Cornudo, por lo que éste debe ser sumiso, aceptando las órdenes que le den con humildad y eficacia. Humillaciones como besar los pies, ponerse de taburete o refrescar a los amantes con un abanico, serán siempre aceptadas y ejercidas por el Cornudo, quien debe mostrar respeto a su mujer y quienes se la cogen.

El Cornudo ideal paga todo: el hotel, los tragos, los condones y hasta la lencería con la que la adúltera seducirá al corneador. Al ser generoso, el Cornudo muestra su agradecimiento por hacerlo pendejo y es una forma de retribuir por no tener la capacidad de satisfacer a su esposa, algo que el corneador hace por él. Saca la cartera y no vaciles en pagar lo que haga falta.

Todos gozarán más si el Cornudo es distraído. No importa si lo es en realidad o se hace pendejo, pero siempre se agradece que el Cornudo no se dé cuenta cuando su esposa coquetea con otro, que voltee para otro lado cuando le agarran las nalgas bailando o cuando le sonríen desde otra mesa en el restaurante. Mientras más te hagas pendejo, cuando te hacen pendejo, será mejor para todos.