Esa noche en el bar sigue estando en tinieblas para mi. No me acuerdo como llegamos a casa. De lo que si me acuerdo es de mi primer día teniendo conciencia de lo que sucedió, por medio de un mensaje que me hizo llegar el Capitán de meseros, llamado Saúl.
De manera personal, uno de los meseros, enviados por el Capitán tocó la puerta y muy sonriente me entregó un sobre con mi nombre y al final unos cuernos. Apenas me había despertado y Vero aun en cama. No nos habíamos cambiado y con un cruda tremenda.
Abrí el sobre y adentro solo una tanga sucia y una nota que decía. Pónsela a la puta de tu vieja. La desperté para preguntarle de que se trataba esto y me platicó lo que había sucedido la noche anterior.
(Regreso a terminar el relato mañana)