Soy Mariana (Marucha para los amigos)

La primera vez que mi marido me vió en brazos de otro hombre me sentí extraña.

Y digo "extraña" porque no me sentí mal en ningún momento.

Es que yo sabía que mi marido lo deseaba, y además porque esto ocurrió durante nuestra "primera vez" intercambiando parejas.

O sea, -que- en el momento que yo estaba teniendo sexo con un hombre, a su vez, la esposa de ese hombre, tenía sexo con mi marido.

El intercambio de parejas es la más "democráticas" de las formas de sexo alternativo, que todo matrimônio debería experimentar.

Luego, conforme vaya aumentando la confianza y el deseo en la pareja, se pueden intentar otros "juegos" más atrevidos y calientes, como el emblemático "cuckolding" que es la esencia de este foro.

Nuestra "iniciación" en estas prácticas fue en el año 2009 y lo hicimos de la mano de un matrimonio de brasileños que ya tenía mucha experiencia en el universo SWINGER y supieron así, ayudarnos a derribar nuestros naturales temores e inseguridades.

Cuando se comprende que la monogamia es apenas una imposición social y la exclusividad sexual (mal llamada "fidelidad") es antinatural todo se hace más fácil, tanto para el marido que ansía compartir su mujer, como para la esposa que se entrega para el placer de otros hombres.

Al menos esa es nuestra experiencia y testimonio de los efectos BENEFICOS que estas prácticas tuvieron sobre nuestro matrimonio y sobre nuestra sexualidad marital.

Hoy -mi marido- sabe que a los 39 años aún soy una mujer deseable.

Y él también me desea y me lo demuestra en la forma en la que me hace el amor después de que me acosté con otro hombre.

Mi esposo se enciende y se excita de sobremanera con solo escuchar el relato de alguno de mis encuentros sexuales, y disfruta hacerme el amor, mientras le susurro al oído todo lo que hice y me hicieron en mi encuentro con algún ocasional amante.

Espero que nuestra experiencia sea útil para que más y más parejas se animen a experimentar las delicias de los juegos cuckold.