Hola, hasta hace poco no me consideraba cornudo, pero después de la experiencia de hace un mes, creo que si lo soy.
Siempre he tenido deseos de emputecer mi pareja, me excitaba. Cuando le expresé mientras haciamos el amor mostró una cara de horror, pero no dijo nada. Hace falta decir que somos pareja desde hace unos cinco años y hay diferencia de edad entre los dos.
Al cabo de un tiempo se lo volví a proponer y ya me hacia preguntas, de esto y de lo otro... total que se hizo normal como fantasia mútua. Ella le encantaba que le dijera que mandaba yo y ella estaría con quien yo dijera. Esto era siempre en el plano fantasioso. Yo nunca pensé que lo realizariamos.
El verano pasado estuvimos en un club de swingers de Granada y después de disfrutar los dos como locos (no nos gusta interrelacionar con otras parejas ni hacer amistades en un local) acabamos por primera vez en nuestra vida en un gloryhole. No estabamos preparados, ademas habiamos bebido un poco. En eso que aparecio un pene, yo me puse nervioso, me quedé quieto, ella me miró y le dije: hazle una paja. Se giró y se

la empezó a hacer, me sorprendió y pensé que yo tenia que estar a la altura de las circunstancias y se la metí, pero noté tal excitación en ella que apenas dos penetraciones seguidas me corrí. Ella se quedó que no sabia que hacer, y ante la duda le dije que ya estabamos. Nos fuimos y por el camino a la casa alquilada paramos 2 veces para hacer el amor con mucha pasión.
Ese recuerdo quedó en nuestra mente, y la fantasía de emputecerla iba creciendo. Ell siempre era mi esclava y acabaria haciendo lo que yo quisiera, con quien yo quisiera.
En Navidades visitamos Barcelona, somos de un pueblo de Tarragona, y fuimos un club de swingers bastante conocido. En un principio nos aburrimos un poco porque no habia ningun espacio para nosotros solos, que era una de las cosas que nos gusta. Nos da morbo. Al final yo notaba que ella miraba un apartado donde hay unas jaulas para chicos, estan alli encerrados esperando que alguna pareja o chica sola pase por allí a animarles la velada. Le pregunté si queria que entraramos y me dijo que si. Ella llevaba un mono con rejilla, con una obertura en la zona del sexo, encima llevaba una especie de bata transparente. Entramos y nos estuvimos tocando y besando y de golpe pensé: ahora es el momento. La acerqué a la jaula, ella se dejó llevar. Quedó mirandome quieta, pero si que se movia por lo que le estaban haciendo los chicos por detras (que yo no veia pero sí intuia).
Le dije que le hiciera una paja a uno. Ella eligió el primero que se encontró al girarse, después de un rato de manosearlo y que los otros chicos la manosearan a ella, me dijo que el chico queria que se la chupara. Me pidió permiso, le dije que sí. Se volvió a girar y le preguntó si tenia preservativo.
Con la boca se la chupaba mientras hacia sendas pajas a otros dos con las manos. A eso me uní yo metiendosela, pero me volví a correr y ya me aparté para ver el espectaculo. El chico al que se la estaba chupando le dijo algo y ella se volvió y puso su culo entre los barrotes. El la empezó a follar con mucha fuerza, tanta que vino un responsable del local a ver que pasaba con los barrotes. Se corrió, después de los bombazos que le dió. Ella y yo continuamos, corriendome yo por segunda vez.
Estaban los chicos muy excitados, todos se estaban tocando el pene y con la otra mano le tocaban cualquier parte del cuerpo. Cuando le pregunté, ¿podrias con otro?, me sonrió y me dijo que sí, entonces la volví a encarar contra los chicos y el mas rápido fue el que tuvo premio. Uno vio la maniobra y le metió mano dentro de su sexo y así la atrajo para el. Ella empezó a hacer lo mismo que con el primero, manosearlo. Me pidió permiso y le dijo que se pusiera un preservativo y le hizo una mamada. Al cabo de un rato yo le hice una señal para que se girase y el chico la empezó a follar. Igual de fuerte que el primero. Después de un rato, con mucha expectacion por parte de todos, el le pidió algo, ella me vino a preguntar si se podia correr en su cuerpo, le dije que sí. Entonces empezó a hacer unos movimientos que yo no podia ver, pero me imaginaba. El chico se corrió en sus pechos. Al acabar se secó con papel, cosa que yo encontré muy erotica y nos fuimos. Esa noche tuve otros dos orgasmos más con ella.
Lo que pasó, quedó allí. No hemos vuelto a hablar de lo que se hizo en ese cuarto, pero nosotros cuando hacemos el amor continuamos con la fantasia de emputecerla, como si no lo hubieramos hecho ya.